De Colombia a Alemania y de Alemania a Austria
✨ Mi historia como Au Pair
Comenzó a los 22 años, no tenía mucha idea de lo que quería hacer; los planes que hice en la escuela no salieron acorde a lo que deseaba para mi futuro. Me sentía atrapada en una rutina interminable.
Así que, de una manera inesperada, se presentó la oportunidad de ir a Alemania como au pair.
Y solo pensé: "¡Oh, Dios mío! Alemania…" El país de mis sueños: su cultura, arquitectura, historia…
Aunque siendo honesta, más allá de eso, no tenía ni idea de los grandes retos que esto traería consigo.
Nunca me imaginé aprendiendo alemán, y dije: "Bueno, ¿por qué no intentarlo? Lo peor que puede pasar es que no me guste".
Al inicio, la adaptación fue sinceramente muy difícil, y no solo porque mi nivel de alemán era lo suficientemente básico para decir "Guten Morgen – Buenos días", "Danke schön – Gracias" y "Nein – No", sino porque también tuve que desaprender muchas cosas que había aprendido a lo largo de mi vida y volver a aprender todo aquello que creía conocer. Además, tuve que esforzarme el doble para poder aprender un idioma tan complicado como el alemán.
Aunque intenté conectar con la familia a la que llegué en Berlín, no fue nada como lo esperaba. Sin embargo, la amarga experiencia de salir tan joven de Colombia, sin el más mínimo conocimiento de cómo sería la vida en otro país… ¡NO ME DETUVO!
Aprendí muchas lecciones valiosas que me ayudaron a crecer como persona, a desenvolverme y a conocerme mucho mejor. Cosas que, quizás, en mi zona de confort nunca habría aprendido.
Así que comencé la búsqueda de una nueva familia por mi cuenta. Y cuando digo sola, es porque al inicio del proceso lo hice con una agencia, de la cual no recibí ningún tipo de ayuda para cambiar de familia cuando todo se puso mal.
Luego de muchas videollamadas, intercambios de mensajes y viajes interminables… pude conectar con una familia increíble en el sur de Alemania, con tres maravillosos niños.
¿Lo mejor de esto? Me sentí tan bien acogida que parecía estar en mi propia casa, como esa hermana mayor que cuida de sus hermanitos juguetones y traviesos. Cada día era una aventura, un aprendizaje, una nueva enseñanza que ha sido parte fundamental en esta choco-aventura.
Tanta fue la conexión entre nosotros que aún soy amiga de la familia ☺️. De vez en cuando suelo visitarlos, porque ellos hicieron de esta experiencia algo realmente grato. Conocí muchos lugares, personas… algo que creía que solo podría ser un sueño y hoy es una realidad.
A mis 24 años, me encuentro a dos meses de culminar otro año como au pair en Austria, con una linda familia de la cual también he aprendido mucho. Me han enseñado, me han acogido como un miembro más y han sido un apoyo vital para todos esos sueños y proyectos que he comenzado a trazar desde que decidí poner toda mi vida en una maleta para emprender un nuevo rumbo.
¡Sí, así es! No es el final, porque aunque mi estancia en Austria pronto llegue a su fin, es solo el inicio de una nueva vida en Alemania para continuar con mis proyectos a mediano y largo plazo.
Gracias a esa decisión de salir de mi zona de confort, aprendí mucho más que cultura y adaptación. Aprendí puntos clave que han sido fundamentales en lo que hoy soy, en lo que estoy haciendo y construyendo para ese futuro que siempre soñé.
Michelle Castillo
24 años